Hace unos días fui a un concierto de la
Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y el día antes pasé por el Centro de Bellas
Artes de Santurce a recoger mis boletos. Andaba con mi hija, quien estaba
emocionada porque vería a su amigo Diego, de 12 años, tocar el chelo junto al
chelista principal de la Sinfónica.
Pasamos por la boletería, me entregaron mis
boletos y ¡listo!, nos fuimos.
Una vez en el estacionamiento, justo cuando
vamos a abordar el carro, escucho mi nombre. Al voltear me encuentro con un
ex-compañero de trabajo de Radio Isla y comenzamos a dialogar.
─”¿En qué estás trabajando aquí?”, pregunté.
─”Estoy haciendo la obra ‘Feliz cumpleaños, señor senador’”,
contestó.
La nena nos interrumpe con un:
─”Permisooo, ¿tú eres actor?
─”Sí mamita”
─”¿Y en esa obra hay niños?
─”No, es para adultos”
─”¿Y por qué no es para niños?”
Aquí, el individuo me lanza una mirada de
“rescátame” y para no poner al pobre en apuros me despido y me marcho.
Una vez en el auto, la niña me dice:
─”Papi, ¿él es famoso?”
─”Sí, es famoso”
─”¿Ha salido en películas?
─”No lo sé. Pero tenía un programa de
televisión, uno de radio y es actor de teatro”
─”Pues búscalo en Youtube para verlo”
Comienzo la búsqueda y no hallo un vídeo de
buena calidad donde ella lo pueda ver bien. Finalmente encuentro fotos, pero
las mismas son de un personaje que él hacía de gay. Se las muestro y me dice:
─”Papá, ¿él es gay en la vida real?
Yo, con mucha tranquilidad le contesto que sí.
A lo que ella, con cara de confusión dice:
─”No entiendo. ¿Cuán difícil puede ser hacer el
papel de algo que eres? Si es gay en la vida real, porqué hace un papel de gay.
Eso no debe ser difícil.
Jajaja. De verdad que esta chica se las trae.
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