Hace un tiempo me paseaba por el desaparecido
Borders y encontré un libro sobre sexualidad infantil. “Caramba, qué nice. Me lo voy a comprar pa’ cuando lo
necesite estar ready pa’ lo que
venga”, pensé.
Pues les cuento que cierto día mi hijita se
bañaba y tal parece que cuando se lavaba el “down town” se tocó ahí mismitito,
donde da cosquillita, y le preguntó a su Madre:
— ¿Mamá, que es ésto? - señalando sus
genitales.
— Tu vagina. - contesta la madre.
— No mamá. Essssto.
— Ehhhh, eso es el clítoris.
— ¿Qué es y para qué se usa?
De pronto escucho un “CAAAARRRLOSSSSS” y salgo
corriendo para encontrarme a mi esposa más jincha que Casper. ¿Qué pasó?, pregunté.
“La nena quiere saber
qué es el clítoris y para qué se usa”.
Qué tostón me ha tocado, señores. Busqué el
famoso librito mientras ella se bañaba y esperé a que saliera para darle su primera clase de sexualidad. Nada, que tuve
que editar un poco la información de acuerdo a su edad y la chica quedó
satisfecha con lo aprendido. De repente me dice: “Dale, ahora enséñame lo de
los nenes”. Pero como dice Rafa Bracero, esa es otra historia. “Continuaremos…”.
¿Qué aprendimos de esto?
Aprendimos que cuando pregunten hay que
contestarles y que se hace con la verdad. Hay que hablarles simple, sin mucho
lujo de detalles y llamar las cosas por su nombre. Desde ese día mi esposa y yo
decidimos que seríamos su fuente en temas de sexualidad. No queremos que
aprendan de manera incorrecta las cosas por medio de terceros.
No conocia tu faceta de escritor o blogero...pero esta fantastico.
ResponderEliminarjaja, me encanta!! Con tu hija siempre hay sorpresas! Muchas bendiciones para ti y tu familia :D
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