jueves, 5 de enero de 2012

¡Que vivan los Reyes!

Mintaka, Alnilam y Alnitak. ¿Esos nombres les suenan? ¿No? Pues sepan que son nombres de tres estrellas nombradas por los estudiosos del Universo. Pero hace casi 40 años que conocí al más grande y sabio de los astrónomos, mi Padre. Él me enseñó que se llamaban Gaspar, Melchor y Baltazar. Estoy convencido de que es así.

Desde que tengo uso de razón, al comenzar el mes de enero, mi papá nos sacaba al balcón todos los días, nos señalaba las estrellas y decía:

“Ven allá arriba esas tres estrellas, esos son los Reyes Magos y los están mirando. Tienen que portarse bien para que les traigan regalos”. Mis hermanos y yo nos quedábamos embobados mirando al cielo con mucha emoción y le prometíamos a los Reyes que no pelearíamos y nos portaríamos bien.

La noche del 5 de enero, mi papá nos llevaba al parque cerca de mi casa a cortar un poco de pasto para los camellos y luego pasábamos a llevar parte del mismo a casa de mi abuela y mis tías.  Al concluir el tour regresábamos a nuestra casa y nos volvía a señalar las estrellas y nos decía:

“ Ven, están bajitas las estrellas. Ya casi están aquí. Entren y acuéstense a dormir” No sé cómo, pero nosotros veíamos esas estrellas tan bajitas que casi las podíamos tocar. Había una magía que invadía nuestro hogar.

Ya en la madrugada, el Viejo iba a nuestros cuartos y nos decía:

“Llegaron los Reyes. Levántense” Era entonces cuando descubríamos en la sala un rastro de yerba y agua que habían dejado los camellos a su paso. Abríamos nuestros regalos y a jugar se ha dicho. Mientras, mis padres nos observaban jugar con una sonrisa en sus rostros que iluminaban  la casa.

©2012-Carlos Torres
Han pasado los años y sigue la misma ilusión, no ha cambiado nada. Una nueva generación sigue viviendo la tradición de los Tres Santos Reyes. Tan es asi que para el año 2000, mi madre fue contactada para pedirle que su único nieto varón, o sea mi hijo, representara al niñito Jesús en la Fiesta de Reyes antes miles de personas. Así que se pueden imaginar la emoción de toda la familia. Mi chico engalanó la portada del periódico El Nuevo Día y salió en todos los noticiarios  del país, como el primer niñito Jesús del siglo y del milenio. Puro orgullo.

Como les dije al principio. Mi Papá ha seguido pasándoles la ilusión a sus 8 nietos. Los hace mirar a las estrellas, los lleva a cortar el pasto y los envía a dormir temprano. En el caso de mis hijos, son los únicos que duermen en su casa esa noche, mi padre los levanta con la misma emoción que lo hacía con nosotros y se goza el momento junto a mi madre. Luego espera a que mis hermanos lleguen con sus hijas y noto ese brillo tan especial en sus ojos cuando las chicas abren sus regalos que solo me hace pensar en una cosa, ¡Qué vivan los Reyes!

!Última hora!
Mi hija me acaba de preguntar lo siguiente:

─Papá,¿Cómo se llaman los camellos de los Reyes? ¡Tienen que tener nombre porque los renos de Santa tienen!
─Ehhh, no lo sé.

JAJAJAJA, alguien que me ayude.

6 comentarios:

  1. Fácil: Pepón, Canelo y Manilo

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  2. La primera vez que los camellos dejaron rastro de agua en la sala, mi chico dijo que eran unos puercos porque se habían mea'o dentro de la casa (:-P

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  3. Wow, hermosa tradición la nuestra! Mi hija de 4 años se acostó tempranito y sin pelear por que le dije que si Los Reyes pasaban y ella no estaba dormida no le iban a dejar los regalos... pobrecita!

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  4. Que bella la ilusión de los niños. Que viva la tradición de Los Reyes.

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  5. Linda historia. Que la tradición siga de generación en generación.

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