jueves, 1 de marzo de 2012

"Papá, debiste detenerme"


Hacía un tiempo que mi hijo venía pidiéndome que lo llevara a Plaza Las Américas para comprar unos muñecos de “Dragon Ball Z” en una tienda de coleccionistas. Ya con saber el tipo de tienda me sospechaba que los dichosos muñecos costarían un ojo de la cara y la mitad del otro.


Estuve evadiendo el asunto toda la semana, pero el chico se encargó diariamente de recordarme el  asunto. Al parecer se dio cuenta de que su Padre no tenía intensiones de hacer semejante inversión y finalmente tomó una decisión:


─”Ok papá, que tal si me llevas y los compro con mi dinero”

─”Me parece bien” le contesté.

 Agarró su cartera y con ella sus ahorros. Estaba súper feliz. Por fin tendría los anhelados action figures.

 Llegamos a Plaza y de camino a la tienda me dijo un millón de veces lo emocionado que estaba. Al fin llegamos. Entramos y comenzamos la búsqueda. En los estantes no encontramos lo que buscábamos y me dice:



─”Que tal si preguntamos a un empleo”

─”Empleado” le corrijo.

─”Sí, empleado” me contesta.

─”Ok, ve y pregúntale a la chica de la caja registradora”
 
Se dirigió hacia la chica y le dice:
 
─”Con permiso, estoy buscando un Goku o un Vegeta. ¿Los tienes? Preguntó.

─”Déjame ver” ella contesta


Buscó en los estantes y no encontró nada. Mi chico puso cara de frustración y le pedí a la chica que si era posible que buscara en el almacén, a lo que amablemente accedió.


Al fin llegó con tres muñecos en sus manos y el brillo en los ojos de mi hijo era tan especial que hasta yo me emocioné. Bueno, ahora la parte difícil, escoger uno. Le pregunto al chico:

─”¿Cuál quieres?”

─”No sé, ¿pueden ser los tres? preguntó

─”Déjame preguntar cuánto cuestan”


Le pregunto a la empleada y al decirme el precio esta fue mi reacción:

─¿Cuaaaantooo? Exclamé sorprendido como Maceta Jiménez*

─”Sí, ese es el precio de cada uno. Recuerde que son de colección”.


Le digo al chico que solo podía comprar uno porque eran muy caros, pero él me dice que tiene el dinero. Yo traté de convencerlo pero me dijo:


─”Papá, míralos, son fascinantes”

─”Chico, son muy caros. Compra solo uno”. le insistí


Acto seguido vino la sorpresa de la noche. Algo que nunca había visto a mi hijo hacer. Negociar el precio. Quedé maravillado y lo dejé trabajar la situación solito. Logró una buena rebaja, pero aún así eran muy caros (no les diré el precio para que no infarten). Terminó comprando dos de los tres muñecos y estaba súper contento.
©2012-Carlos Torres


Al salir de la tienda le comenté de lo caros que eran y que había gastado casi todos sus ahorros. Se puso nervioso y me dice:

─”Papá, debiste detenerme”


¿Qué aprendí de esto?

Habrá quien piense que sí debí detenerlo, pero ahí estaba la lección. Había que dejarlo pasar por la experiencia para que así entendiera lo que es malgastar el dinero y sus consecuencias. Enseñemos a nuestros hijos el valor del dinero. El mío asegura haber aprendido la lección (esa es la idea).




*Maceta Jiménez es un personaje de la televisión puertorriqueña que representa a la gente tacaña.

2 comentarios:

  1. Eso tiene un nombre en Publicidad pero no me acuerdo. Nos pasa a todos. Para combatirlo doy muchas vueltas por la tienda con el artículo en la mano hasta que al final los devuelvo casi todos. También me ha resultado con mis chicos convencerlos de que muchas veces es más barato por Internet. Así que verfificamos en la tienda y después buscamos en la web (y bueno y santo, casi siempre gana la web).

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