Cuando se
tiene una hija como la mía, muy analítica, podría representar que te pondrá en
apuros muuuchas veces con sus preguntas. Esa precisamente es la cualidad que
más admiro de mi chiqui porque significa que es un ser pensante, se ocupa en
aprender y muy difícilmente le tomen el pelo. Hasta que no quede satisfecha te
bombardeará con preguntas.
Una de esas
veces, me atacó con una pregunta que al parecer podría ser tonta o simple, pero
me tomó por sorpresa. Esto fue lo que pasó:
─”Papi,
¿por qué Dios hizo que las niñas orinen sentadas y los niños de pie?” preguntó
─”Nooo
papi, ¿por qué?
─”Ya te
dije, somos diferentes”
─”Si, ya lo
sé, pero ¿por quéee?
─”Tú tienes
vagina y yo pene, por eso”.
─”Papi,
sigues sin entender mi pregunta. ¿Porqué Dios hizo que los niños orinen de pie
y las niñas sentadas?”
Ya yo
estaba ligeramente incómodo y para salir del apuro le contesté:
─”Mira
nena, porque somos diferentes. Si tú orinas de pie se te van a orinar las
piernas”. ¿Entendiste?
Se quedó
pensativa por unos segundos y me dice:
─”Ahhh,
ahora entiendo. Tienes razón y me hace mucho sentido. Gracias por contestar mi
pregunta”.
¿Qué
aprendí de esto?
Que a veces
las respuestas menos rebuscadas son las más apropiadas.
El mío es igual!! Uno piensa q porque son pequeños no van a entender las explicaciones, pero las entienden!
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